Son las 10 de la mañana, algunos de vosotros ya lleváis horas delante de vuestro ordenador, en mi caso, hoy solo tengo una reunión a las 15.30 que durará unas dos horas.
Contado así, puede que estés pensando que trabajo menos que los Reyes Magos. La realidad es que para tener esa breve reunión he de levantarme a las 7.30 como cualquier hijo de vecino, acicalarme, hacer mi maleta, sufrir algún retraso (de embarque… ya no estoy en edad) montarme en un avión y volar unas horas hasta llegar a tiempo a mi reunión.
Si todo sale bien (como espero o mejor dicho como deseo) seguramente mi cliente pensará que ha merecido la pena, pero si el diablo se cruza y no llegamos a entendimiento y a pesar de usar todos mis recursos y esbozar mi mayor sonrisa, cuando en realidad mi corazón se está rompiendo en pedazos… todo ese tiempo, esfuerzo, etc. se resumirá en un breve recuerdo de mi cliente cuando le llegue la factura de mi viaje y un grito alarmante de “pero si estuvo aquí apenas dos horas!”
Afortunadamente, aunque esto nos pase a muchos de los que pasamos horas en el aire sin ser azafatos ni pilotos, es poco frecuente…. repito, afortunadamente.
Espero que hoy no sea el día en que mi corazón se encoja…
Os deseo una feliz semana llena de grandes o pequeños éxitos y si algún bache aparece, mañana será otro día.
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